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Nosferatu, una sinfonía del horror | |
Max Schreck, Friedrich Wilhelm Murnau, Conde Orlock, Nosferatu... El Vampiro.
La aparición de la película Nosferatu (que significa el no muerto en Rumano) se dio en el año 1922 de la mano del director F. Murnau (autor de Tierra en llamas y La última carcajada, entre otros títulos) en plena efervescencia del período expresionista, esto hizo que su creador al que hemos citado confiriera a la película una estética acorde con dicho movimiento.
Esta obra se basa en la novela “Dracula o el no muerto” aunque debido a problemas legales se vio obligado a cambiar el nombre de la obra así como de personajes; claro que esto puede variar dependiendo de que versión veas (personalmente yo he visto a Dracula en Transilvania y al Conde Orlock en Bremen, además de algunas escenas que van y vienen).
A lo largo de todo el film podemos observar angulaciones extrañas (un claro antepasado de los actuales usos de la cámara en las películas de terror), además de un espléndido uso de la iluminación, siempre sabiendo la época en que se rodó y las limitaciones técnicas de la misma.
Principalmente se usa una iluminación muy fuerte y directa sobre los personajes (los cuales en muchas ocasiones vemos en un primer plano) llegando en ocasiones a ser tan fuerte que casi nos impide ver correctamente el fotograma proyectado. Debido a esta misma iluminación la obra se encuentra prácticamente carente de sombras, lo que en algún momento llega a aportarle cierta dosis de irrealismo.
Aunque el uso de las sombras es muy limitado se hace de una forma exquisita en las apariciones del Conde Dracula u Orlock (interpretado por Max Schreck). Debemos destacar diversas escenas como la sombra del Conde recorriendo los pasillos del castillo o el momento final de esta película cuando podemos ver la sombra de su mano aprisionando el corazón de su víctima. Existe una gran escena de esta película en la que vemos su sombra proyectada sobre una calle mientras el se acerca, aunque lamentablemente hay alguna versión que no posee esta (como dato personal he de comentar que he visto ya tres metrajes distintos de esta película; aunque básicamente todas son iguales varían en ciertos momentos como el que acabo de citar o simplemente en el nombre del Vampiro que pasa de ser el conocido Conde Dracula al Conde Orlock).
A pesar de encontrar un uso increíble de la iluminación podemos observar un gran fallo en casi toda la duración de esta película: las escenas nocturnas. Como ya comentamos se usan luces muy fuertes, incluso en las escenas de noche lo que hace que se asemejen más a un día veraniego que a una fría noche Londinense. Este error no ocurre en dos de las escenas de la película tales como el momento en que Nina (Mina en la obra original) sale al balcón y está completamente oscuro, y la escena de la muerte del Conde en la cual pasamos de un momento de noche a el amanacer donde (debido a los rayos de sol) este morirá.
Esta película es sin duda uno de los clásicos de la historia, pero aunque es una obra hecha de forma magistral también incurrió en diversos errores; así, estilísticamente, hizo uso de la cámara rápida para conferir un aire sobrenatural al personaje del vampiro, cuando la posteridad ha demostrado que es preferible el uso del efecto contrario, ya que la cámara rápida suscita un efecto cómico en el espectador. De igual modo, y a nivel argumental, se desaprovechó en demasía el personaje del profesor Van Helsing, presentándolo en la sugerente escena de las plantas carnívoras (a las que denomina vampiros de la naturaleza) para después olvidarse en la práctica de él.
No obstante, hay mayoría de aciertos, así todas las escenas en que aparece el Conde (Dracula, Orlok o Nosferatu, según la copia restaurada que podamos contemplar), en las cuales mediante contrapicados, juegos de iluminación o planos negativados se dota al film de un aire inquietante que pervive aún hoy en día.
Sin duda alguna lo más intrigante de la película no es su acertado manejo de la luz o los novedosos planos de cámara que introdujo (así como una acertada caracterización, convirtiendo al Vampiro en una mezcla entre hombre e insecto), lo que más misterio conlleva es la increíble y fantástica actuación de su protagonista Max Schreck como el no muerto, quizá demasiado buena.
Las leyendas, y nada más adecuado al hablar de un vampiro, cuentan que este personaje no llegó a interpretar más que a sí mismo ya que era un no muerto al que Murnau encontró para darle más realismo a la película.
Hay varios aspectos que no hacen si no corroborar esto mismo, tal como que siempre llegase al plató caracterizado, que siempre (incluso fuera del rodaje) actuase... y que no realizase más que esa película.
Personalmente me encantaría pensar que esto es cierto, aunque cuando uno se mete en imdb puede comprobar que este actor estuvo en un buen número de películas realizadas después.
Existe una película llamada “La Sombra del Vampiro” que os recomiendo ver, ya que en ella se trata este tema con los siempre magníficos Willem Dafoe y John Malkovich como el Nosferatu y F.Murnau;
“... y deje algo de la alegría que trae consigo.”
PASTOR
PD: Gracias a mi compañero Carlos Cuesta por prestarme el título.
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